Estados Unidos enfrenta una histórica huelga portuaria en la costa este y del Golfo que está afectando gravemente las cadenas de suministro globales. La huelga, convocada por el sindicato de la International Longshoremen’s Association (ILA) tras el fracaso de las negociaciones con la USMX, involucra a 45,000 trabajadores en 14 puertos clave. Este conflicto, el primero en casi 50 años, ha generado ya interrupciones en el flujo de miles de millones de dólares en mercancías.
Expertos advierten que la duración de la huelga determinará su impacto. Incluso una interrupción breve podría afectar gravemente a industrias como la farmacéutica y la automotriz. Peter Sand, analista de Xeneta, señala que más del 40% de las importaciones estadounidenses en contenedores provienen de estos puertos, por lo tanto lo que está en juego es enorme.
Las cadenas de suministro ya enfrentaban desafíos por la crisis en el Canal de Panamá y otros conflictos logísticos, y esta huelga intensifica los problemas. Si la situación se prolonga, los consumidores podrían enfrentar escasez de productos perecederos y otros bienes esenciales. Maersk ha advertido que incluso una semana de paro podría tardar de cuatro a seis semanas en normalizarse.
Aunque algunos analistas creen que la intervención del gobierno podría evitar una crisis económica mayor, la incertidumbre prevalece, y el impacto global es inminente.
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La huelga representa una gran amenaza para la economía del país a solo cinco semanas antes de las elecciones.
EL paro tuvo consecuencias inmediatas en los puertos que manejan más de la mitad del comercio de contenedores de carga de Estados Unidos.
Se espera que los efectos se extiendan por todo el país, costando al menos cientos de millones de dólares al día y empeorando cada día que los estibadores permanecen sin trabajo..
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